Desde el periodico «La Jornada»
Once de ellos llevan 11 días en huelga de hombre, otros 6 están en ayuno de 12 horas diarias, en protesta por las penas que les impusieron por delitos fabricados.
Hermann Bellinghausen, enviado
Publicado: 10/10/2011 17:14
San Cristóbal de las Casas, Chis. Al cumplirse once días de huelga de hambre de siete presos en el penal de San Cristóbal de las Casas, y seis reclusos más en ayuno de 12 horas diarias, sus familiares anunciaron que se suman a su lucha con un plantón en el atrio de la catedral de esta ciudad, y declararon hoy, en conferencia de prensa: “No nos levantaremos al no ver a nuestros familiares libres”. Estos purgan condenas de hasta 45 y 60 años, “a pesar de que acreditan su inocencia”.
El plantón indefinido dio inicio el día 8, “para que conjuntamente exijamos la justa e inmediata liberación de cada uno de ellos”, expresaron las muy modestas familias indígenas, de distinto origen y con historias particulares, que han sido reunidas por la experiencia de injusticia que condujo a prisión a las personas que hoy ayunan, y por las malas condiciones carcelarias que éstas comparten.
“Se ha demostrado en sus procesos pruebas de descargo de culpabilidad, eso demuestra que hubo muchas irregularidades, porque a pesar de que acrediten sus inocencias están presos y sentenciados a muchos años por delitos fabricados”, declararon en un escrito conjunto.
“Estamos aquí porque sabemos que nuestros familiares son inocentes, que los detuvieron arbitrariamente, los torturaron, los golpearon, los hicieron firmar hojas en blanco, los golpearon para que se confesaran culpables cuando no lo son; no les dieron acceso a un abogado o traductor, sabiendo que ellos no entendían nada porque son indígenas”.
La protesta, iniciada el 29 de septiembre, se ha extendido del Centro de Reinserción Social de Sentenciados (CERSS) número 5 en San Cristóbal, al 14 de Cintalapa y el 6 de Motozintla. Los reos en protesta pertenecen a las organizaciones de La otra campaña, la Voz del Amate y Voces Inocentes, a los solidarios con la Voz del Amate y a la comunidad de Mitzitón.
“Como familiares sufrimos al tener a nuestros presos en las cárceles, ya que somos personas de bajos recursos, con la responsabilidad que asumimos como madres, padres o hijos al quedarnos solos, no ha sido fácil asimilar nuestra realidad, hemos sufrido sicológica, emocional y físicamente. Hemos atravesado por este largo proceso de injusticia que vivimos por este mal gobierno”.
Aunque personeros gubernamentales hacen intentos por aproximarse “en corto” a los presos, o bien a sus familiares, las autoridades siguen sin resolver sus demandas, ni siquiera donde se han comprometido a ello (es el caso del profesor Alberto Patishtán).
Simultáneamente, el gobierno de Chiapas publicita ampliamente que este fin de semana entregó 50 boletas de libertad (o liberaciones anticipadas), a internos cuyos expedientes fueron revisados en la llamada “mesa de reconciliación” de la autoridades.
El acto oficial, presidido el sábado por el presidente del Poder Judicial, Juan Gabriel Coutiño López, no guarda ninguna relación con los presos indígenas que exigen su libertad con la medida extrema de la huelga de hambre.
Los miembros de la Voz del Amate, Alberto Patishtán Gómez y Rosario Díaz Méndez, purgan condenas prácticamente perpetuas, de 60 y 45 años
respectivamente. Acusados ambos de asesinatos que no cometieron, comparten una historia de cargos falsos, testigos desaparecidos, ausentes, o que se retractaron posteriormente en sus acusaciones. Su encarcelamiento justifica que los verdaderos asesinos estén impunes, y ni siquiera sean investigados.
De los solidarios con la Voz de Amate, Pedro López Jiménez y Juan Collazo Jiménez están condenados a 37 años de prisión; Alejandro Díaz Sántiz, 30; Alfredo López Jiménez y Rosa López Días, 27; Enrique Gómez
Hernández, 25; Andrés Núñez Hernández y José Díaz López, 14. De los ejidatarios de Mitzitón, Juan Jiménez Pérez purga 27 años, y Manuel Heredia Jiménez, 20.
El otro preso en la protesta, Juan Díaz López (expedientes 168 y 2692/20011), miembro de la organización Voces Inocentes, no tiene aún sentencia definitiva.